Plutón:
En la mitología griega y romana, uno de los nombres del dios de los muertos, Hades, Rey de los Infiernos, hijo de Crono y de Rea y hermano de Zeus y de Poseidón. El nombre de Plutón, posterior al de Hades, se relaciona mejor con su papel de divinidad bienhechora para los mortales que con el de dios de aspecto espantoso. Como dios subterráneo, presidía la riqueza agrícola y minera. La mitología romana le hacía hijo de Saturno y de Ops. Moraba en las profundidades de los antros infernales, de las que sólo salió una vez, con motivo del rapto de Proserpina, que reinó junto a el con el nombre de Perséfone. Considerado como juez inflexible, iba siempre acompañado de un cortejo de divinidades feroces o de heroes divinizados. En Roma se le identificó con Orco, y se le sacrificaron víctimas humanas, en particular ladrones y asesinos, así como a los considerados enemigos de la patria. Como deidad bienhechora, se le rindió especial culto: sacrificio de ovejas negras, consagración del ciprés y el narciso.
Apolo:En la mitología griega, hijo de Zeus y de Leto, hermano gemelo de Artemisa. Celosa, Hera persiguió a Leto, quién dio a luz en la isla de Ortigia. Al nacer, su padre le ofrendó una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes, que son algunos de sus emblemas. Representaba la fuerza espiritual del orden, la medida y la inteligencia. Por ello, Apolo estaba por encima de la vieja ley y de su observancia; personificaba sobre todo la firmeza y la purificación. En Delfos mató al dragón Pitón, en honor de cuyas hazañas se instauraron los juegos Píticos. También tiene por emblema el trípode sobre el que la Pitia pronunciaba sus oráculos. Tuvo numerosos amoríos: con Dafne, Cirene, las Musas, Marpesa, Casandra, Hécuba, Mantó, Ptía y Reo y con los jóvenes Hiacinto y Cipáriso. Aparecía también como pastor y era venerado como dios de la luz, de la juventud, de las letras, de la música y de la poesía. Era patrón y protector de las musas (de ahí su apodo de Musageta). Su santuario estaba en Delfos, donde se transmitían sus oráculos. También se le conoce por el epíteto Febo, del griego <<phoibos>> (brillante, resplandeciente) ya que se lo identificaba con el sol.
Diana:En la mitología itálica, divinidad que los romanos identificaron con la Artemisa griega. La Diana primitiva parece haber sido una diosa de la naturaleza salvaje. La más célebre es la del Lacio, llamada Diana Aricina, Diana Nemorensis o Diana de Nemi. Poseía un rico santuario en Nemi, donde sólo se obtenía el sacerdocio después de romper la rama de cierto árbol y de matar al sacerdote en funciones. La fiesta de Nemi se celebraba cada 13 de agosto con un cortejo de mujeres que desfilaban coronadas de rosas y portando en la mano una antorcha encendida. En esta ocasión, los perros de caza y los venados eran respetados, por ser Diana la diosa protectora de la caza. Era también diosa de la luz y de la fecundidad: Diana Lucina presidía los dolores del parto.
Artemisa. Diosa griega de la caza y del reino animal, hija de Zeus y de Latona y hermana de Apolo, equiparada por los romanos a Diana. En ella veneraban los griegos la castidad (en la naturaleza virgen, en el ser humano y en los animales) y la fertilidad; de ahí su relación con el árbol, el agua y la luna.
Demeter: En la mitología griega, hijo de Cronos y de Rea y diosa de la tierra cultivada y <<madre de los cereales>>. Al ser raptada su hija Perséfone por Hades, Démeter abandonó su función fertilizadora y la tierra se volvió estéril. En consecuencia, Zeus ordenó que perséfone repartiera el año entre su madre (primavera y verano) y Hades (otoño e invierno). Su primitivo culto en Eleusis era puramente rural, pero asumió un sentido más profundo al incorporársele el tema de la inmortalidad. Con el orfismo, el culto triade de Eleusis (Demeter, Perséfone, Triptolemo) hacía esperar una vida feliz en la eternidad.
Ceres. En la mitología romana, diosa de las cosechas, de la agricultura y de la civilización, originaria de Campania y asimilada a la diosa griega Démeter desde principios del s. V a.J.C.
ZeusEn la mitología griega, divinidad suprema del panteón. En sus orígenes era la personificación de la luz; con el paso del tiempo, se convirtió en el numen supremo, padre y soberano temido por todos los dioses y regulador del mundo físico y de la actividad humana. Era señor del relámpago, del trueno, de la tempestad y de la lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario